miércoles, 26 de enero de 2011

42º DE CALOR SOLAMENTE SE AGUANTA CON UN BUEN TERERE...



ATENEO DE LENGUA Y CULTURA GUARANI
Maitei horyvéva opavavépe
David Galeano Olivera

TERERE: UNA CUESTIÓN SOCIAL
Por Marisol Palacios - Publicado por ABC Color (Revista): 23/01/2011
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En la universidad o en la cancha; en el Palacio de Gobierno o las carretillas del Mercado 4, en un Mercedes o un carrito ¡y hasta en moto!, sin distinciones de estado social, está en todas partes: el tereré, una de las costumbres que más identifican al paraguayo. Y es que no se necesita de mucho: solo agua, yerba mate y hielo. Claro que con remedio refrescante o pohã ro’ysã es mejor, y con una agradable compañía: un lujo.
Tanto es así que no es de extrañar que cuando, no hace mucho, nuestro diario realizó un sondeo en Facebook para conocer la opinión de los internautas sobre el personaje del Bicentenario, el trompo arasá, la mayoría de los lectores sugirió cambiar la figura por la de un tereré. “El tereré tiene que ser, es lo que le hace al Paraguay distinto y característico”, dijo un internauta. Pero, lastimosamente, el PLRA tomó como emblema el tereré, por lo cual, se eligió la figura del trompo arasa.
En efecto, el paraguayo, adonde vaya, sale con su termo en la mano, como si fuera un apéndice. Tal es el caso de Rafael Benítez, quien junto a su esposa y su hijo Alejandro vinieron desde Ayolas a pasar las vacaciones. ¿Y qué no podía faltar en su equipaje? Su termo Cerro Porteño. “Sí, lo traje de Ayolas para mitigar la sed por el intenso calor que hace”, cuenta mientras sorbe la bombilla.
Así también, y cruzando el océano Atlántico, durante el reconocimiento realizado por la selección paraguaya en el estadio Green Point de ciudad del Cabo, Sudáfrica, en el Mundial de Futbol de 2010, para saciar su sed, los jugadores tomaban tereré, y fue el elemento que llamó la atención de los fotógrafos de las agencias de internacionales de prensa.
Y sí, el paraguayo es así.

¿Pero cuál es el origen del tereré?
Muchos orígenes le atribuyen a nuestra emblemática bebida. Algunos dicen que su nombre es onomatopéyico, porque se relaciona con los últimos tres sorbos que se realiza al sorber la bebida. Otra versión es la histórica y cuenta que durante la Guerra del Chaco (Paraguay-Bolivia, 1932-1935) las tropas paraguayas comenzaron a beber el mate frío para no encender algún fuego que delatara su posición. De esta época también es la versión de que las tropas paraguayas comenzaron a beber el agua de tajamares, o la podían obtener mediante la evaporación de la orina, filtrándola en la guampa (cuerno) con yerba (hierba) u otras hierbas (“yuyos”) que disfrazaran el mal sabor.
Bueno, según dicen, la cuestión es que el tereré se popularizó en el Paraguay cuando los soldados veteranos del Chaco lo introdujeron en su vida cotidiana.
Otros dicen también que el tereré data de la época de los mensú (peones contratados por meses para realizar diversos trabajos en los yerbales en el Paraguay y noreste argentino, hasta mediados del siglo XX), los cuales, si eran sorprendidos por los capangas (capataces) haciendo fuego para tomar mate, eran brutalmente torturados, por lo que optaron por empezar a tomar el mate frío. Se cree que cuando los mensú se enrolaron para combatir en filas del Ejército paraguayo llevaron el tereré al Chaco.
Sin embargo, hay quienes aseguran que los indígenas guaraníes ya tenían la costumbre del tereré, y que en el siglo XVII los jesuitas aprendieron de ellos las virtudes de la yerba mate (Ilex paraguayensis; ka’a, en guaraní). Los mismos jesuitas elogiaron los efectos de la yerba, ya que daba un cierto vigor al que ingería la infusión y calmaba la sed mejor que el agua pura.
Pero los guaraníes no tomaban mate (ni tereré) con bombilla, sino que tomaban la infusión de yerba ya colada (como un té) y también fumaban la hoja de yerba cruda, como tabaco.

Y vamos más allá
Evidentemente, y sin que aspire a ser una perogrullada, el origen del tereré se encuentra en la yerba mate. Según el escritor criollo Ruy Díaz de Guzmán, el gobernante criollo Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias) fue quien en 1592 encontró en posesión de los indígenas tomados prisioneros un polvo que resultó ser ka’a (yerba mate). Les llamó tanto la atención que comenzaron a investigar las virtudes y propiedades de la planta, entonces silvestre, y la aceptaron para el consumo y comercialización. Posteriormente, los jesuitas lo cultivaron en sus misiones —zona que comprende la provincia argentina de Misiones, parte de la provincia argentina de Corrientes, parte del actual Paraguay (zonas del Paraguay Occidental), zonas hoy del Mato Grosso do Sul y parte del Río Grande del Sur—.

Costumbres del tereré
Como habíamos dicho, la palabra tereré es onomatopéyica, es decir se refiere al sonido que emite el último sorbo de la bombilla, el cual es tácitamente obligatorio dentro de la ceremonia del tereré, puesto que señala que se ha consumido todo lo que se ha cebado en el mate —vaso o cualquier recipiente que se utilice—, que queda listo para ser cebado a la siguiente persona.
El cebador generalmente es el pahagué, la persona de menos edad del grupo, aunque actualmente los mayores ceban para demostrar deferencia.
Al igual que con el mate caliente, no se debe decir “gracias” al cebador del tereré, dado que esta palabra significa que uno no desea beber más.
Antes, se comenzaba a tomar desde las 10:00, luego de un sustancioso tereré rupa, literalmente, “cama para el tereré”, que es una merienda que sirve para ‘acolchonar’ el estómago antes de tomar el tereré, a media mañana, para que el agua fría no golpee el estómago vacío, y a la tarde, desde las 15:00. Actualmente, el tereré ya no tiene época ni horario para ser consumido, ya que se bebe tanto en verano como en invierno, de día como de noche.

Sus beneficios
En esta época de intenso calor, en que se llega a más de 40 grados, además de servir para mitigar la sed, refrescar el cuerpo y aportar agua a nuestro organismo, el tereré, a través de la yerba mate, que contiene mateína, tiene propiedades energizantes. La mateína es un compuesto alcaloide que estimula el sistema nervioso central, produce sensación de bienestar, brinda lucidez intelectual y aumenta la concentración. Asimismo, algunas investigaciones científicas señalan que la yerba mate es un muy buen antioxidante, diurético y laxante natural. Además posee vitamina C; vitaminas del complejo B; y minerales: calcio, potasio y magnesio. Sus beneficios han trascendido nuestras fronteras tanto que dicen que hasta la cantante pop Madonna, antes de cada show, toma tereré con limón y té verde.
Los “remedios refrescantes” (en guaraní pohã ro’ysã, expresión que en guaraní significa pohã, ‘remedio’; ro’ysã,‘frío’ (o hierbas medicinales refrescantes) son favorables para el organismo, aunque tienen su horario de consumición; por ejemplo, en horas de la tarde no se acostumbra a tomar tereré con yuyos, ya que, según dicen, pueden ser dañinos para la salud.

La yuyera
Figura infaltable de nuestro paisaje urbanístico, la yuyera constituye un elemento clave a la hora de elaborar el tereré. Ella es la que aconseja qué remedio refrescante tomar, y casi siempre además de vender los yuyos también prepara la bebida para su comercialización.
Una de las vendedoras tradicionales de remedios para el tereré es doña Simeona Acosta, quien, todos los días a partir de las cuatro de la mañana hasta las ocho de la noche, desde su puesto ubicado en la esquina de República Francesa y Pettirossi, está siempre presta para asesorar acerca de qué pohã ro’ysã consumir para “curar” algún mal.
“En verano es cuando más se venden los yuyos”, asegura doña Simeona, y cuenta que los que más se llevan son Santa Lucía, kapi’i katî, batatilla, zarzaparrilla, perdudilla, menta’i, agrial y cola de caballo, que sirven para los problemas renales. “Lleva la gente que tiene problemas para orinar. Pero se tiene que tomar sin mucho hielo, porque el hielo te tranca todo. No es bueno tomar muy frío, porque en exceso produce problemas en el páncreas y los riñones. También, consumir muchas frituras y gaseosas daña el hígado”, afirma.
Doña Simeona ya le está enseñando a su hija Lucy, quien la acompaña en el puesto, las propiedades de los remedios. “Yo ya sé todo para qué sirven los yuyos. Cuando ella no está, yo me encargo de las ventas, pero cuando muera recién yo voy a seguir la tradición”, afirma Lucy.
La comerciante ya no se dedica a preparar tereré actualmente. “Ya no doy más”, revela y además comenta que en estos días no puede renovar su stock debido a las constantes lluvias.
Ya tiene su día. La Cámara de Diputados aprobó sobre tablas el 12 de agosto de 2010 la ley que institucionaliza el Día Nacional del Tereré, tras el proyecto presentado por el diputado Dionisio Ortega.
La fecha para recordar esta costumbre paraguaya será el último sábado de febrero, uno de los meses más calurosos del verano, y también por ser época en que se celebra el Festival del Tereré, desde el año 1999, en la ciudad de Itakyry. La celebración anual regirá a partir de este año.
Y también tiene su libro. La filosofía del tereré, de Edmund Wallas, un doctor en Semiología y también culturólogo, que cuando vino por primera vez al Paraguay, en la década del 60, se maravilló ante el fenómeno costumbrista del tereré, y se dedicó durante el año que estuvo aquí varado (por una cuestión burocrática), a investigar sobre la célebre infusión, y todo su simbolismo. El semiólogo describe en su obra las características del tereré y los contextos en que se da el hecho de la succión “porque el contexto añade un significante al símbolo”, según explica en La filosofía del tereré.
El Día Nacional del Tereré es el último sábado de febrero y se celebrará a partir de este año.
Patrimonio histórico en Brasil: ¡¿qué?!. A pesar de que parece que el paraguayo en vez de pan bajo el brazo trae una jarra de tereré, sin embargo, no hay que olvidar que el tereré no solo es popular en nuestro país, dado que se lo consume también en el nordeste argentino y en algunas zonas del Brasil, como Mato Grosso do Sul, donde el Consejo Cultural del Estado tiene la intención de declarar el tereré como un patrimonio histórico.
¿Cómo, cómo, cómo? La razón es que nuestra bebida tradicional, muy difundida en el estado brasileño limítrofe con Paraguay, “fue considerada la más tradicional y popular, volviéndose típica y pasando de padre a hijo”, según reportó el Jornal do Povo de Três Lagoas en su edición digital.
El proyecto fue iniciado por la prefectura de la ciudad de Ponta Porã, vecina a la ciudad paraguaya de Pedro Juan Caballero, para registrar el “Tereré de Ponta Porã”. Posteriormente, la Fundación de Cultura de Mato Grosso do Sul decidió ampliar la iniciativa, retirando el distintivo del municipio y aplicándolo a todo el estado.
La citada institución preparó un documento sobre la importancia cultural de la bebida.
“Su consumo en el municipio se remonta al pasado, al surgimiento de las comunidades de Ponta Porã (Brasil) y Pedro Juan Caballero (Paraguay), que florecieron durante el ‘Ciclo de la Yerba Mate’ y continúa presente en los hábitos de la población de esta región”, reza el documento.
“Se convirtió en bebida típica de la región, cuya tradición es pasada de padre a hijo, elimina las diferencias sociales, promueve la integración cultural y propicia el diálogo entre los integrantes de las ‘rondas’, que aprovechan el momento para repasar las novedades”, agrega.
El próximo paso del proceso es la eventual aprobación del proyecto por parte de André Puccinelli, gobernador de Mato Grosso do Sul. Y después, ¿qué nos sacarán?
Su festival. El Festival del Tereré se realiza cada año en la ciudad de Itakyry, Alto Paraná, a unos 70 km de la capital del décimo departamento desde 1999. Las actividades económicas principales de la zona son la agricultura y la yerbatera; esta última actividad es el motivo esencial de la creación del Festival del Tereré, nuestra bebida nacional por excelencia. Itakyry cuenta además con numerosos atractivos, bellezas naturales como bosques, campos, ríos, llanuras y colinas.
Este año, se realizará la XIII edición del festival, evento que congrega anualmente tanto a elencos de danzas de Itakyry y de otras localidades como a numerosos artistas nacionales e internacionales, y que desde hace años viene formando parte del circuito de festivales del Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folclore y Artes Tradicionales.

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